La Titanomaquia| El nacimiento de Zeus.
El Nacimiento de Zeus
Durante el reinado de Cronos, la creación vivió como
nunca, no había necesidad de trabajar la tierra, por sí
sola crecían los alimentos suficientes para todos,
tampoco había reglas qué seguir porque éstas no eran
necesarias debido a su intachable comportamiento, la
armonía era tal que las bestias vivían sin conflictos de
ninguna índole, a este periodo de paz se le llamó “la era
dorada”, pero no duraría mucho pues, la calamidad y
muerte estaban a punto de llegar, una gran guerra estaba
por desatarse y nada volvería a ser como en aquellos
días en que la madre tierra era benévola con la creación
y nada les hacía falta, ellos vivían mejor que los dioses,
aunque no gozaban del poder que sí tenía Cronos, al
menos tenían tranquilidad, sustento y paz, mientras que
las deidades vivían aprisionadas por el nuevo tirano,
Cronos se había convertido en un gobernante tal como
lo había sido Urano, no solo se había convertido en el
más tirano de los gobernantes, sino también en el más
paranoico, que lo condujo a convertirse en un ser vil y
despreciable dejándose manejar por sus miedos.
Sin saberlo, Cronos había cometido un terrible error al
encerrar a sus hermanos en el Tártaro, haciendo
enfurecer a su madre, pasó el tiempo y el nuevo amo del
universo decidió tomar por esposa a su hermana Rea, se
unió a ella y fue ahí cuando Cronos cometió la peor de
las calamidades, incluso peor que las que había
cometido Urano contra sus propios hijos, pues sus
padres, Gea y el dios del cielo, le revelaron a Cronos
que él estaba condenado a sufrir el mismo destino que
su padre, sería traicionado y derrocado por uno de sus
hijos, al saber tal cosa, Cronos decidió devorar a todos
sus hijos apenas hubieran nacido, esto le provocó un
inmenso dolor y pena a Rea, quien decidió pedirle
consejo a su madre, Gea, sobre cómo derrocar a Cronos
y liberar a sus hijos, ambas conspiraron contra Cronos,
Rea estaba embarazada de Zeus, el bebé estaba
condenado a ser comido por su padre, pero su madre no
permitió que eso sucediera, decidió engañar a Cronos,
fingió los dolores del parto, después, envolvió piedras
entre sábanas, Cronos lo devoró de un solo bocado,
confiado en que, en realidad se había comido a su
propio hijo, pero, Zeus logró escapar a tan cruel y
despiadado destino, Rea le entregó su vástago a las
ninfas que lo criaron a escondidas en las cuevas de la
isla de Creta.
Para hacer más creíble este acto simulado, Rea fingió
dolor y lloró desconsolada, para no levantar sospechas
en su esposo y hermano, que había caído en la trampa
tendida por su esposa, las lágrimas que brotaron de los
ojos de la madre sí fueron reales, pero no fueron de
dolor, sino de alegría al saber que su hijo seguía con
vida, crecería y algún día lograría derrocar a su padre
Cronos, cumpliendo con la maldición de Urano.
Zeus, mientras tanto, fue criado por las ninfas del
bosque y amamantado por la cabra Amaltea, para evitar
que el llanto del niño llegara a los oídos de Cronos, las
ninfas hacían chocar escudos entre sí y gritaban para
lograr disimular el sonido, cubrieron la cueva con flores
y frutos para hacer el lugar más agradable a la vista, un
día, mientras el joven dios jugaba, accidentalmente
rompió uno de los cuernos de Amaltea, para
compensarla, bendijo al cuerno, para que, de ahí en
adelante cualquiera que poseyera el cuerno tendría todo
lo que desease, no tendría necesidad de nada pues el
cuerno le proveería de todo el sustento necesario para
subsistir, el cuerno de la abundancia pasó a ser
propiedad de muchas personas a lo largo del tiempo,
siendo considerada como un símbolo de riqueza y
prosperidad por la promesa hecha por Zeus.
Los años pasaron y el joven dios fue educado por un
águila que recorría el mundo entero para enterar a Zeus
sobre los acontecimientos y novedades, él no conocía
cómo es que había terminado en Creta hasta que,
cuando era adulto, se le reveló su verdadera identidad y
procedencia, lo que hizo enfurecer al dios, guiado por
el odio hacia su padre, comenzó a tramar un plan para
lograr vencer a Cronos y liberar a sus hermanos del
terrible castigo al que habían sido condenados de recién
nacidos.
Zeus buscó al titán Océano, él le entregó al dios una
pócima que debía de ingerir Cronos, le haría tal daño al
titán que lo obligaría a vomitar a sus hijos, los dioses
olímpicos que habían pasado todos esos años dentro del
estómago de su padre, Zeus, decidido a llevar a cabo su
plan, se dirigió a donde moraba Cronos, se disfrazó de
un lacayo y persuadió al titán para que bebiera la
pócima que le había entregado Océano, diciéndole que
se trataba de un néctar de tal calidad que solamente era
digno del amo y gobernante de cuanto existe, Cronos lo
bebió y sintió náuseas, vomitó a sus hijos, Deméter,
Hera, Hades, Hestia, Poseidón y las piedras que le había
dado a comer Rea simulando el cuerpo de Zeus cuando
éste era bebé.
Confiado al ver a sus hermanos dioses, Zeus reclama el
trono para sí mismo, pero no sería nada fácil
conseguirlo, para ello, debía de combatir contra el
temible titán Cronos y sus aliados, una batalla sin
precedentes en la historia del universo, la batalla entre
los dioses olímpicos y los titanes, la batalla más
asombrosa que se haya visto jamás o que se vaya a
volver a ver, la guerra entre estos seres tan poderosos
pasó a llamarse ‘La Titanomaquia’ la guerra por la
soberanía del universo, el caos y la muerte se
apoderaron del mundo, la Tierra se sumergió en una
época de violencia y destrucción, pero, sin embargo, en
la más épica de las luchas.
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